Me hacen mucha gracia todas las frases de autoayuda con los trenes como protagonista. «El éxito es como un tren, nunca sabes cuándo llegará, pero cuando lo hace, hay que subirse a él», «los sueños son como el tren de la vida, siempre hay que trabajar duro para alcanzarlos», «si pierdes el tren, es porque algo o alguien mejor vendrá después»… Todo esto está muy bien menos si vives en Salamanca, donde el tren no simboliza la vida y la libertad, sino el olvido, la España vaciada que no importa y la penuria de tener que ir a Madrid pidiendo perdón por pagar tus impuestos al oeste de este país.

Yo ya he tirado la toalla con los trenes. Soy extremeño. Con eso lo digo todo. Recuerdo mi adolescencia en Cáceres los domingos en un tren regional camino a Madrid donde estudiaba. Las despedidas en ese andén eran como irse a la Segunda Guerra Mundial. Parabas en todas las pedanías, aunque tuvieran censados a solo tres seres........

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