Llegar vivo a la cama
Qué difícil es llegar vivo a casa después de un día en este país. Es una cruzada ir esquivando peligros y colectivos enfurecidos. Es heroico poder entrar en casa y decir aquello de 'hogar, dulce hogar', después de haber estado en el alambre durante toda la jornada.
Arrancar el coche a primera hora de la mañana para ir a trabajar ya es el primer campo de minas. Que si contaminas, que si los combustibles fósiles, que si que puñalada al planeta… No tengo un coche eléctrico, ni uno que se mueva como las nubes de los osos amorosos, por no tener suficientes puntos de recarga. No he salido del garaje y ya noto que mi cabeza es una diana.
Del trabajo ya ni hablamos. Soy periodista y, junto con mis compañeros, nos toca contar los desmanes del sanchismo. Es decir, como no le bailamos el agua, pues somos de la 'fachosfera' y........
© Gaceta de Salamanca
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