La cuarta ola: es una ola de Chicama
Como desafina aquel ebrio mítico: “Sorpresas te da la vida, ay Dios”, ya que la pospandemia, a la par de traernos el aumento de la pobreza y el declive del empleo (8.5 millones de “inactivos”), ha acentuado la ola migratoria en un 223 % –pasando de 85 mil en el 2021 a 278 mil en el 2022, la mayor sangría de la historia, que coincide con el desastroso gobierno del “sacha socialista” Pedro Castillo.
Al año siguiente, en plena recesión económica (2023), la migración amenguó: 198 mil, mientras que en el 2024, el déficit negativo entre ingresos y salidas ascendió a 157 mil, que si bien no se contabiliza como migrantes, es porque aún no han pasado más de un año fuera del país. Y, en el I trimestre del 2025, el déficit bordeó los 40 mil, lo que indicaría que sumarían 160 mil en el 2025.
A la uruguaya: “El último que apague la luz”.
La primera ola migratoria ocurrió después de la II Guerra Mundial, cuando Europa se reconstruyó con el Plan Marshall y EE. UU. dio un salto económico, entre los 50 y........
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