Los “Z” necesitan agenda
La llamada Generación Z, nacida entre 1995 y 2012, es la primera de la historia que carga al planeta en el bolsillo: su smartphone. Piensan en red, se expresan en imágenes y memes, abrevan de la estética del manga japonés y tienen alergia a la lentitud, ergo, a la lectura. Se informan y construyen identidad por las redes.
Son sensibles y confunden emoción con política. La sienten, pero no entienden su arquitectura: no reconocen autoridad, procesos, negociación ni geopolítica. Creen que un hashtag derriba gobiernos, cuando solo moviliza para que se infiltren los violentos.
Su activismo es instantáneo, pero frágil. Protestan contra todo y a favor de nada estructurado. Indignarse es su forma de militancia. Esa energía, manipulada por operadores mayores y más astutos, se convierte en carne de confrontación. Muchos ni sabían por qué marchaban el jueves pasado: siguieron la viralidad, no una convicción.
Mientras tanto, Latinoamérica enfrenta un colonialismo digital silencioso, y no lo ven. Desprecian el capitalismo mientras marchan conectados a aparatos y redes de........
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