Cuando el Estado enferma a sus asegurados
Octavo día de paro indefinido y la escena se repite: consultorios cerrados, colas interminables, pacientes que regresan a casa sin citas ni medicinas, familias llevando alimentos a hospitalizados porque no hay personal de nutrición. Recorremos policlínicos y hospitales de Lima y Callao y el guion es el mismo: atención raleada en consultorios clave, farmacias que entregan fármacos pero sin enfermería para aplicar inyecciones, debilitamiento de PADOMI y ausencia de Unidades Básicas de Atención Primaria. En paralelo, miles de trabajadores marchan al Congreso y exponen un pliego de reclamos que, guste o no, describe un sistema al borde del colapso.
La administración de EsSalud responde falsamente que la atención fue “casi normal” y que hubo más del 90 % de asistencia. Pero la realidad que reportan los asegurados es otra: citas que se entregan a tres o cuatro meses, cirugías que esperan más de un año y, cuando por fin hay fecha, los exámenes ya caducaron. Eso no es una anécdota: es una vulneración cotidiana del derecho a la salud.
No es nuevo. Durante años, EsSalud ha sido tratado —y así lo percibe la ciudadanía— como botín de los gobiernos de turno: rotaciones de autoridades,........
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