Intuición primero, razón después; la ciencia de nuestras elecciones en la era de la IA
¿Decides con la cabeza o con el estómago? La evidencia muestra que la mayoría de las veces primero sentimos y después lo justificamos. Lo llamo “sesgo de intuición racionalizada”: la razón llega para redactar explicaciones plausibles que justifican lo que queremos. Veamos la evidencia y qué implica cuando la IA entra en escena.
Desde la lente evolutiva, la intuición es un algoritmo depurado por millones de años. Es rápida en la mente individual porque condensa aprendizajes milenarios a escala de especie. Por eso guía la “primera línea de mando”, y la razón suele validar a posteriori lo que el cuerpo ya decidió sentir. En otras palabras, las señales emocionales subcorticales se elaboran en la corteza prefrontal para construir narrativas convincentes. En esa coreografía, lo que se conoce como Sistema 1 (intuición) opera con atajos como la heurística de afectividad: si algo nos hace sentir bien, le atribuimos menos riesgo y más beneficio. Además, cargamos deseos instintivos, emocionales y racionales que empujan en direcciones distintas; entenderlos ayuda a explicar por qué elegimos lo que elegimos. Nacemos con una base de datos evolutiva que se expresa como señales inmediatas.
Los experimentos han sido claros.
En la........





















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