Del pronóstico a la creación: cómo convertir a la IA en instrumento científico
Hasta hoy, las IA predecían la siguiente palabra. Mañana, diseñarán el siguiente experimento. La diferencia no es semántica, es científica: cuando un modelo opera en un bucle creativo auditable (que alterna, con control, entre explorar y comprobar) deja de ser un adivinador y se convierte en instrumento.
La propuesta es sencilla y potente. Un LLM (como ChatGPT o Grok) se vuelve útil para la ciencia cuando trabaja en lo que llamo modo GS-3 o Creatividad Artificial, una arquitectura que replica la cognición creativa humana con tres papeles: generador, crítico y controlador.
- El generador es el “chef” que abduce hipótesis; abducción significa proponer la mejor explicación disponible con la evidencia a la mano.
- El crítico es el “catador” que exige citas, estima riesgos y sugiere controles.
- El controlador es el “termostato” que regula la apertura creativa del sistema, lo que en modelos llamamos temperatura: cuándo conviene explorar ideas variadas y cuándo concentrarse en las más prometedoras.
Así se mapea el ciclo clásico (Literatura - Hipótesis - Experimento - Validación) a un proceso continuo. La clave es que el sistema no solo habla: decide, registra y deja rastro de por qué........





















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