El riesgo de un nuevo Sinaloa
Sinaloa brilló por su ausencia en el discurso de la presidenta Sheinbaum con motivo de su primer año de gobierno y también en la cobertura mediática del evento. Raudel Ávila señaló con acidez este incómodo silencio en la intervención de la mandataria frente a sus seguidores en el Zócalo. Fuera de él, pocos comunicadores en la prensa nacional lo notaron.
Salvo honrosas excepciones, los medios basados en la Ciudad de México no han considerado prioritaria la crisis de violencia en Sinaloa. Lo mismo ha ocurrido con los políticos del orden federal: salvo contados casos, la crisis sinaloense no entra en su agenda de prioridades. Para el oficialismo, es conveniente que el tema mantenga bajo perfil, mientras que las oposiciones siguen desarticuladas sin saber cómo desempeñar su nuevo papel de minoría en el emergente régimen de partido hegemónico.
La prensa local (de manera destacada el diario Noroeste y su director Adrián López), algunos medios internacionales (como El País con periodistas como Marcos Vizcarra, Pablo Ferri y Mónica González) y algunos legisladores (como © Expansión
