El nuevo Frankenstein de la seguridad mexicana
Al momento de escribir este texto, el Senado está discutiendo la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia y varias reformas legislativas que elevan el rango de la Guardia Nacional como otro cuerpo dentro de las Fuerzas Armadas. Es posible que cuando esta columna se publique todas las reformas estén aprobadas, sobre todo si tomamos el ejemplo de la mayoría oficialista en la Cámara de Diputados, que pasó estas leyes a las prisas, sin debatir ni escuchar las preocupaciones de la sociedad civil y las oposiciones.
Con estas modificaciones, las estructuras de seguridad pública del Estado mexicano se han convertido en un Frankenstein, un monstruo deforme y torpe, con partes de distintas instituciones ensambladas en su cuerpo artificialmente. Lo peor del caso es que las partes ensambladas responden a objetivos distintos y contrapuestos. Es decir, las iniciativas contienen elementos contradictorios, que implican distintos peligros para el futuro de México.
Por un lado, los cambios legislativos fortalecen a la Secretaría de Seguridad encabezada por Omar García Harfuch, al dotarla de mayores facultades y herramientas para realizar labores de inteligencia e investigación, y para coordinar la estrategia de seguridad con otras instituciones. Por otro lado, sin embargo, las mismas iniciativas........
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