Inflación efectiva
Ya son varios expertos internacionales los que han apuntado al claro desbalance que registran las principales variables del mercado mexicano, las cuales, inexorablemente, se ajustarán. Ellas son tres, la tasa de inflación; la de interés y el tipo de cambio. Forman un triángulo equilátero. Modificada cualquiera de ellas, las otras se ajustan. Es cierto que puede transcurrir tiempo para ello, lo cual puede tomar semanas, o hasta meses, pero no falla, los mercados se nivelan.
Algunos de esos conocedores han apuntado a un notorio desbalance en la oferta de signos monetarios, y, otros, recatadamente, indican que el Banco de México ha abusado de su capacidad de interferir en los mercados a través de sus operaciones. Los bancos de desarrollo han sido leales y ciegos operadores gubernamentales, sin importar el respeto de mínimas exigencias prudenciales. El multiplicador bancario perdió toda mesura. Se ha venido inventando dinero sin respaldo alguno. Sumados al sesgo impuesto por el banco central, esos bancos del subdesarrollo han conseguido provocar un pernicioso desbalance que nos conducirá a un ajuste brusco y no discreto, el cual sólo espera el detonante adecuado.
La evidente táctica de subvaluación del dólar impulsada por Washington, para proteger el pleno empleo y cerrar fronteras en lo comercial, sumada a la obsesión local por mantener políticamente la paridad dentro de una banda, han distorsionado severamente el tipo de cambio. La inflación efectiva ya alcanza los dos dígitos, y para apreciarlo basta tomar cualquier canasta de productos básicos, calculando, sin sesgos políticos, la variación anual. La tasa de interés en México es producto del más brutal e inducido margen financiero, siendo impresentable la distancia entre tasas activas y pasivas.
Rebasamos ya los seis años de vivir en una onírica fantasía. Los analistas que no quieren quedar bien con las autoridades financieras; los que no son controlados por sus editorialistas, o........
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