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La clave de cualquier estrategia de sostenibilidad está en cómo se ajustan los procesos

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19.06.2025

Contar con una estrategia de sostenibilidad sólida no garantiza resultados. La diferencia entre aspirar al cambio y lograrlo depende de qué tan bien se traduce esa estrategia en decisiones operativas, estructuras funcionales y formas de trabajo consistentes.

En muchos casos, los compromisos están definidos, los objetivos son ambiciosos, y existe un entendimiento claro de los retos que se buscan abordar. Pero a pesar de esa claridad inicial, las organizaciones avanzan de forma desigual, con resultados limitados o dispersos.

Esto ocurre cuando las metas de sostenibilidad no se integran en la arquitectura real del negocio. Las decisiones cotidianas, los criterios de inversión, las métricas de desempeño y los mecanismos de coordinación interna siguen operando bajo una lógica convencional, sin incorporar una perspectiva de sostenibilidad transversal.

El reto, por tanto, no es únicamente técnico ni comunicativo. Es organizacional. Una estrategia, por bien formulada que esté, necesita estructuras que permitan ejecutarla con rigor y continuidad. De lo contrario, queda relegada a declaraciones corporativas que no modifican el funcionamiento cotidiano.

Las organizaciones que logran avanzar no lo hacen porque tengan más recursos, sino porque han ajustado sus procesos, equipos y modelos de gestión para que la sostenibilidad deje de ser una función específica y se convierta en parte integral de cómo operan.

No se trata de crear nuevas capas de complejidad, sino de redefinir cómo se toman las decisiones. Esto implica involucrar desde el inicio a quienes deben ejecutar los cambios, asegurarse de que cada área sepa qué rol juega y establecer formas claras de rendición de cuentas.

Cuando los objetivos se fijan sin una lógica........

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