Batman ya no basta; el crimen se derrota con estrategia, no con capas
México atraviesa una encrucijada en materia de seguridad pública. Durante los últimos tres sexenios, la política de seguridad se ha sostenido en un paradigma eminentemente militar, que privilegia la reacción táctica sobre la inteligencia estratégica. La Guardia Nacional, concebida como cuerpo híbrido, terminó siendo absorbida por la lógica castrense, diluyendo la línea civil que debía garantizar control democrático y rendición de cuentas.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que debería fungir como el cerebro técnico y articulador de políticas, ha quedado reducido a un ente administrativo, más dedicado a la contabilidad de delitos que a la conducción de estrategias. Su rol operativo es marginal, su capacidad de análisis limitada y su influencia en la toma de decisiones prácticamente nula frente al poder operativo de las fuerzas armadas.
En este esquema, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) opera como un “Batman” institucional: actúa en la emergencia, responde a las crisis, pero carece de la estructura y autonomía necesarias para diseñar una política integral que coordine inteligencia, prevención y control territorial.
El modelo actual presenta tres fallas estructurales:
- Dependencia operativa de las fuerzas armadas. La seguridad interior se ha delegado a la disciplina militar, pero sin un mando civil capaz de generar inteligencia contextualizada ni estrategias diferenciadas por región.
- Fragmentación........© Expansión
