La nueva gobernanza corporativa, de vigilar balances a construir futuro
Durante décadas, el valor de los Consejos de Administración se midió en cifras, utilidades, rentabilidad y dividendos. Su composición solía responder a la lógica de asegurar experiencia financiera o representación accionaria, y su principal responsabilidad era vigilar balances, aprobar presupuestos y garantizar el retorno a los inversionistas.
También velaban porque la empresa operara dentro de los marcos regulatorios establecidos, en un entorno donde la gobernanza se concebía sobre todo como cumplimiento y control. Ese modelo reflejaba una época en la que la estabilidad corporativa se entendía casi exclusivamente en términos contables y normativos.
Sin embargo, la velocidad con la que cambian los escenarios empresariales y geopolíticos plantea desafíos estructurales inéditos que hacen insuficiente ese paradigma. Los riesgos ya no se limitan a las responsabilidades tradicionales, sino que se extienden hacia la disrupción tecnológica, la presión de los mercados por prácticas sostenibles, las tensiones sociales que exigen mayor diversidad e inclusión y, más recientemente, el bienestar de las personas como componente esencial de la productividad.
En este nuevo contexto, los órganos de gobierno corporativo deben ir mucho más allá de revisar estados financieros; tienen que anticipar, gestionar y responder a temas que hoy definen la sostenibilidad, la innovación, la salud mental y la diversidad, factores que se han convertido en el verdadero sostén de la resiliencia y de la confianza en........
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