Jara: reseteo, maquillaje, amor y revolución. Por Jorge Ramírez
Jeannette Jara es plenamente consciente del pasivo que supone ser militante del Partido Comunista de Chile, condición que la situó en altos cargos de la administración del Estado, entre ellos, el de ministra del Trabajo, y que la habilitó para disputar la elección primaria en la que se impuso con el 60 % de los votos.
Pero, dada su condición de ganadora y abanderada única del oficialismo, su militancia ha pasado a ser un estigma: una pesada carga histórica, ideológica y simbólica que parece estar plenamente dispuesta a maquillar y disimular con tal de alcanzar un objetivo superior: ganar la presidencia de la República.
De ahí los conceptos de “resetear” el programa, sus llamativas y oportunas diferencias públicas con el presidente de su colectividad, Lautaro Carmona —pese a que la doctrina del centralismo democrático, característica del PC, versaba que las diferencias se procesan hacia adentro para luego transmitir una voz única—, y el reciente alejamiento del encargado del programa económico de la candidata, Fernando Carmona.
Con estos movimientos, Jara hace gala de una de las estratagemas esenciales para la acción política del PCCh: flexibilidad en la táctica, pero rigidez en sus principios.
Porque las ideas que el economista Fernando Carmona plasmó en el programa de siete planas de Jeannette Jara, tales como:........
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