La ejemplar coherencia de Jordi Pujol
Hace días que hay un entorno de notables que lidera la rehabilitación pública del president Jordi Pujol. Solo se les puede retraer, en estricta coherencia, no lo hayan hecho desde el primer día. Más bien —cuando eran poderosos— se alejaron de él cuando no lo empujaron al destierro. En todo caso, cabe decir que rectificar es de sabios. Desde aquel funesto verano de 2014 han pasado diez años y el más caliente está en el fregadero. Marta Ferrusola está muerta, el juicio será el próximo año finalmente. Si no es que —Dios no lo quiera— no pueden juzgar al president. Que el juicio se produzca once años después es sintomático de la confusión, de las acusaciones estrafalarias y de la ausencia de pruebas de cargo y concluyentes contra él. Si las hubiera ya hace días que habría sido juzgado. Lo cierto es que de los presuntos millones a espuertas en paraísos fiscales del "clan" nadie sabe nada a ciencia cierta. Más allá de las especulaciones de todo tipo que se han hecho. A la hora de la verdad, ni cinco.
Es innegable la vida austera de Jordi Pujol. Si tenía dinero los ha utilizado para encender la chimenea en Queralbs. La austeridad de Pujol no llega a la que imaginó y escribió Pere Coromines. Pero se acerca a ella. Lo cierto, eso sí, es que no existe CiU, comprensible por los avatares de los........
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