Cambio climático, clases sociales y 'greenwhasing'
Negar que estamos en un tiempo de cambio o de emergencia climática resulta simplemente estúpido. La acumulación de pruebas científicas es abrumadora. Parece que ya hemos alcanzado el aumento de 1,5 grados de temperatura en relación con la etapa preindustrial (que es el límite que se propuso no superar en el acuerdo de París, 2015).
Cuando hablamos de cambio climático no solo hablamos de la contaminación del aire, las aguas y los suelos. Existe todo un conjunto de fenómenos entrelazados que afectan a la calidad de vida de los habitantes del planeta: energías, biodiversidad, deforestación, alimentación (y despilfarro), aumento de la población, transportes, falta de agua dulce, incendios, inundaciones, plásticos, residuos, acidificación de los océanos, agotamiento de materiales, la ausencia de una gobernanza global efectiva, etc.
En cuanto a la contaminación, me gustaría destacar aquí dos aspectos en los que creo que habitualmente no se insiste lo suficiente: 1) la interrelación entre contaminación, demografía y clases sociales, y 2) ¿es del mismo nivel la responsabilidad de los ciudadanos y la de las empresas y gobiernos? ¿Qué hay de verdad en las políticas públicas y de las grandes empresas (energéticas, comerciales, del sector del transporte, etc.) cuando aseguran que ponen en práctica medidas para combatir la contaminación o el cambio climático?
1) Contaminación, demografía y clases sociales. Recordemos, de entrada, unos datos: la población mundial actual se sitúa en torno a los 8.000 millones (con una esperanza media de vida de 72,8 años). La evolución prevista por la mayoría de fuentes es que irá aumentando hasta alcanzar un pico de entre 10.000 y 11.000 millones en algún momento de la segunda........
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