Illa ya tiene oposición (en Toledo)
Hace un montón de años, un conocido nacido y residente en Castilla-La Mancha me reconoció la existencia del déficit fiscal catalán, el decalaje —inmoral— entre lo que Catalunya aporta al Estado en forma de impuestos (ingreso estatal) y lo que después recibe en forma de inversiones (gasto estatal). Con cifras de 2021, la desviación entre lo que el Estado ingresa a través de Catalunya, a su favor, y lo que después gasta, es de 21.982 millones de euros, o, lo que es lo mismo, un 9,6 del PIB catalán. "De acuerdo. Pero no nos lo refreguéis por la cara, ¡leche!", me dijo mi interlocutor.
Refregar o restregar significa, además de volver a fregar, "Dar en cara en alguien con algo que le ofende, insistiendo en ello" (diccionario de la RAE). El matiz es importante porque lo que molestaba a mi contertulio era, en realidad, que Castilla-La Mancha dependiera financieramente del déficit fiscal catalán. La Castilla hidalga quizás vive a la intemperie, pero no la chinches con ello. Han pasado los años y ahora, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, lejos de expresar ninguna vergüenza o reconocer el esfuerzo fiscal de los catalanes, hincha el pecho, el pecho descubierto del legionario, y, recién salido de la Moncloa, no tiene ningún empacho en advertir que "la riqueza de Catalunya es de todos [los españoles]". Queda claro que para García-Page, y, en general, los que comparten la idea de España de García-Page, Catalunya es una colonia, "rica", y si no lo es, qué más da: los........
© ElNacional.cat
visit website