Palabras regias: ¿oídos sordos?
Un año más, el Rey Felipe VI ha puesto el dedo en la llaga de los problemas y la realidad social y una dosis de sensatez hoy ausente en la política española, apelando a todas las Administraciones Públicas y a la clase política a atender la exigencia del bien común, mientras llamaba a rebajar la contienda política y realizaba una demanda, tan firme como necesaria, a la serenidad, para impedir que la "discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía".
Utilizando la DANA como eje vertebral Don Felipe lanzó un mensaje de Navidad medido y atinado, con el que ha culminado un año de aciertos, de prestigio personal y de consolidación de la monarquía, en el que ha estado a la altura del gran país que es España y muy por encima de una clase política decadente y caracterizada, salvo excepciones, por la mediocridad y el alejamiento de los ciudadanos.
Serenidad, convivencia y bien común fueron, probablemente, las........
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