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La discreta y opulenta oficina de Pemex que no ha sido “rescatada”  

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19.08.2025

PMI Comercio Internacional, la filial de Pemex encargada de comercializar crudo, petrolíferos y petroquímicos, es quizá uno de los brazos más sensibles de la petrolera del Estado. Desde sus oficinas se deciden las exportaciones e importaciones de petróleo y derivados; en pocas palabras, es donde se mueve la caja registradora de la empresa estatal. Sin embargo, lo que debería ser una área técnica y transparente, se ha convertido en un instrumento a modo de intereses personales y políticos.

La Dirección de Crudo de PMI es particularmente estratégica, pues allí se decide la llamada mezcla mexicana, es decir, la combinación de diferentes tipos de petróleo para colocar el barril al mejor precio en el mercado internacional. Una mala decisión de mezcla, sea técnica o intencional, puede costarle a México millones de dólares.

Por ejemplo, un cargamento de 300 mil barriles que, con una mezcla óptima, podría venderse en 18 millones de dólares, termina colocándose en apenas 15.6 millones si se manipulan las proporciones. La pérdida neta: 2.4 millones de dólares por barco, o unos 50 millones de pesos. Multiplicado por 30 nominaciones al mes, la sangría puede superar los mil 440 millones de pesos.

El hombre clave en este negocio es Iván Hernández Gallegos, actual director Comercial de Crudo en PMI, quien ha sobrevivido administraciones panistas, priistas y morenistas, siempre adaptándose y, según denuncias internas, favoreciendo a los grupos en turno. Sus decisiones, más que técnicas, se alinean con “amigos” y socios comerciales que garantizan beneficios personales antes que valor para el país. Es la misma lógica que operaba Ulises Hernández Romano, exdirector de PMI, quien fue removido por irregularidades, pero “rescatado” por Ángel Cid Munguía, director de Exploración y Extracción de Pemex, y premiado con una Subdirección desde donde sigue operando.

El argumento para evadir controles es que PMI es una sociedad privada, y por lo tanto no está sujeta a las mismas reglas de transparencia ni licitaciones que Pemex. Bajo esa opacidad, se oculta información incluso a la propia Secretaría de Energía, que encabeza Luz Elena González. El riesgo es mayor ahora que PMI tendrá un rol fundamental en los Contratos Mixtos, el nuevo modelo impulsado por el gobierno de Claudia Sheinbaum para equilibrar soberanía e inversión privada en hidrocarburos. Si los inversionistas descubren que detrás de esas operaciones se encuentra un personaje cuestionado como Hernández Gallegos, los esfuerzos de planeación energética a 10 años podrían tambalearse.

En este entramado también aparece el nombre........

© El Universal