Putin triunfa en Alaska. Perdemos todos
Los augurios para la cumbre entre Vladimir Putin y Donald Trump en Alaska nunca fueron buenos. Desde hace años, Donald Trump parece embelesado con la figura del dictador ruso. Insiste en tratarlo no sólo con deferencia, sino con admiración. Ha dicho que quiere emularlo. Por desgracia, también parece querer protegerlo.
A pesar de la transgresión criminal que ha significado la injustificable invasión rusa de Ucrania, Trump ha insistido siempre en concederle a Putin el beneficio de la duda y una lamentable equivalencia moral en el conflicto. Trump acostumbra a repetir con disciplina la narrativa de la propaganda rusa, que atribuye a Ucrania una responsabilidad inexistente en su propio sufrimiento. No sólo eso: también insiste en que la única solución para el conflicto es la concesión ucraniana a los términos rusos, que son al mismo tiempo maximalistas e imposibles de justificar.
Ucrania no tiene por qué acceder a ceder el territorio que ha perdido en una guerra profundamente........
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