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El peso de los comentarios, la normalización de la extrema delgadez

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tuesday
¿Quién dijo que me gusta estar delgada? Pues déjenme decirles que muchas veces no es así. He desarrollado una obsesión por ser flaca, una obsesión que me llevó a un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Pero pareciera que a nadie le importa, mientras me vea delgada. ¿Y a costa de qué? ¿De morirme de hambre? En esta sociedad, eso está bien; no importa cómo se logre: si eres delgada, es lo ideal. Pero no es lindo ni especial, y menos si es por anorexia. Es raro pensar que exista gente que me vea linda por estar en los huesos, cuando en realidad estoy desnutrida. Muchas personas son consumidas por una enfermedad que causa miles de muertes, y la sociedad lo normaliza o elogia. Según la OMS, los trastornos de la conducta alimentaria afectan a más de 9 millones de personas al año y tienen una de las tasas de mortalidad más altas entre las enfermedades mentales. Los comentarios sobre la delgadez pueden volverse un arma de doble filo. Opinar sobre cuerpos ajenos, sean flacos o no, no está bien. La obsesión social por la delgadez ha sido normalizada hasta el cansancio. Desde niñas, nos enseñan que “verse bien” significa verse flaca, y si no encajamos en ese molde, algo está mal. No importa si esa delgadez es el resultado de la ansiedad, del hambre, de la........

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