Lidiar con la polarización
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17.08.2025
Muchos creímos que el demoledor anuncio de la muerte del senador Miguel Uribe Turbay iba a conducirnos a una pausa de reflexión. Un duelo lleno de propósitos de enmienda. Un momento de silencio ante el desenlace. Fuimos ingenuos. El rosario de insultos, por el contrario, llegó a su clímax. Hemos visto que el imperio de la desmesura no tiene límites. Al conjuro de la violencia verbal, oímos las peores descalificaciones. Ha sido este un proceso de deshumanización, de ruptura de las mínimas dosis de respeto, un huracán proveniente de todos los puntos de la rosa de los vientos, dirigido a destruir como si hubiésemos dejado de lado el vínculo que implica llamarnos compatriotas para favorecer la aniquilación de los demás por sus inclinaciones políticas o ideológicas. La palabra amigo se esfumó. Muy pronto también la noción de vecino. Ni siquiera mantuvimos el concepto de antagonista, o rival, para llegar de manera plena a la atrocidad del enemigo que debe ser destruido.No estoy proponiendo una burbuja que niegue la realidad. No creo que la democracia sea solo........
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