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Garantías electorales

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tuesday
El atentado contra el opositor precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay fue, además de un crimen abyecto que no ha debido ocurrir, un campanazo de alerta para la democracia. Atrás –pensaba el país– habían quedado las épocas en que los malhechores intentaron poner en jaque los procesos electorales. Ocurrió, con especial fiereza, entre 1989 y 1990, cuando tres candidatos cayeron asesinados. Volvió a suceder en 1994, cuando dineros del narcotráfico financiaron una de las campañas. Las elecciones de 2002 tuvieron desafíos de orden público, pues una de las candidatas, Ingrid Betancourt, las vivió desde la selva, donde estaba secuestrada por las Farc. Y ese mismo año, el entonces candidato presidencial Álvaro Uribe salió ileso de un atentado con explosivos en Barranquilla, el cual dejó cinco muertos y fue atribuido a esa guerrilla.Desde entonces, sin........

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