El debate europeo… contaminado
Entre el 6 y el 9 de junio tendrán lugar las elecciones al Parlamento Europeo (PE). Trascendentales, aunque esta institución, la única genuinamente democrática del entramado comunitario ya que sus miembros son elegidos por votación directa, tenga competencias limitadas.
Son decisivas sobre todo por la situación de emergencia que estamos viviendo (padeciendo, es un término más adecuado) en los ámbitos económico, social y político. La desigualdad y el cambio climático, disparados, y el militarismo abriéndose paso sin apenas resistencia. Por si eso fuera poco, si se cumplen los pronósticos de las encuestas, las derechas, cada vez más extremas, y los fascismos aumentarán de manera sustancial el número de escaños en el PE. Un paso más hacia el abismo que está en manos de la ciudadanía evitar.
Porque es mucho lo que nos jugamos en estas elecciones, es clave aprovecharlas para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta Europa y los escenarios que se abren en los próximos meses, años y décadas. Pero no es tarea fácil. A continuación, algunas de las trampas que hay sortear si queremos entrar en ese debate.
La primera es abordarlo en clave básica o exclusivamente nacional y sólo de manera lateral incorporar “lo europeo”. La sucesión de elecciones este año, la dificultad de gestionar los acuerdos con otros partidos para hacer viable la legislatura y la reciente crisis........
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