Inmigración, niños y ética
Opinión | OPINIÓN
José María Asencio Mellado
Migrantes con menores llegados a El Hierro. / ADRIEL PERDOMO/EFE
Más que náusea dan tristeza como decía Aute. Vergüenza como seres humanos debemos sentir todos, de ambos lados del tablero, viendo cómo se juega a la política con niños, que lo son, sin familias, sin patria, sin recursos, sin presente y sin futuro. Abandonados muchas veces por sus padres que no pueden ni siquiera alimentarlos, condenados al hambre, a vagar por la vida sin esperanza de que ésta les ofrezca lo indispensable para pasarla con un mínimo de dignidad, expulsados o no recogidos por sus países. Acostumbrados muchas veces desde su nacimiento a hallar cobijo y sustento en cualquier forma por instinto de supervivencia.
No todo es política o no debe serlo. Hay cosas que dan razón de ser a aquella y estas son las que evitan que la política se reduzca a pura ambición.
CGPJ
Los menores extranjeros no acompañados (niños) merecen el trato debido a todo menor, garantizado por leyes nacionales e internacionales que la semana pasada exponía Manuel Desantes de forma exhaustiva y que obligan a todos. Frente a la falta de sentimientos elementales, de respeto a la ley cuando ésta ordena lo que la miseria moral niega, debe imponerse la legalidad a la vacuidad ética. Frente a ideologías, políticas y religiosas, expresamente negadas por los actos de sus seguidores, es la ley la que debe primar. Cada cual es dueño de........
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