Galicia, tierra rara
Opinión | Crónicas galantes
Sabíamos ya que Galicia es un sitio raro en el que se toca la gaita, llueve a mares y es costumbre comer fauna de feísimo aspecto como las centollas, la lamprea, el pulpo y otras delicias no siempre apreciadas en el resto del mundo. Ahora se sabe que también algunas de sus tierras son raras.
Lo curioso es que no son tierras ni raras, al menos en el sentido de escasas. Se trata de elementos químicos que, por su dificultad de extracción, constituyen -eso sí- una auténtica rareza que les da un alto valor de mercado. Es natural, dada su utilidad para la fabricación de coches eléctricos, telefonillos móviles, misiles, láseres y otros diabólicos inventos.
Los chinos, que también son un poco raros, disponen de las mayores reservas de estas tierras que no son........
© El Periódico de España
