Graves agitaciones han sacudido a nuestra Colombia a lo largo de su historia, desde que hicieron presencia en ella los humanos, con el avance de sus aborígenes, con contacto, aquí, de los Continentes del Centro y Oriente del planeta, y de nuestro mundo americano. Hechos que fueron dejando huella histórica de suma trascendencia, magnitud que se iba percibiendo momento a momento.

“Hay un momento del crepúsculo en que las cosas brillan más”, se escribió de uno que se sintió de especial trascendencia. “¡Yo conocía el mal, ya había analizado la bestia humana en su brutal desenfreno!”, expresó en forma estremecedora el gran orador Jenaro Díaz Jordán, al iniciar su oración fúnebre ante los restos del Párroco de Armero, Pedro María Ramírez, cruelmente asesinado, acusado de culpabilidad en el asesinato de caudillo liberal popular, que nunca pensó que su encendido verbo incitaría........

© El Nuevo Siglo Bogotá