Colombia entre la soberanía de discurso y la dependencia real
El problema es que la retórica no paga cuentas, no alimenta pollos, no estabiliza mercados ni garantiza seguridad. Y Colombia está entrando en un terreno minado.
Dependencia disfrazada de soberanía
Petro grita independencia pero oculta las cifras: más del 99% del maíz importado viene de Estados Unidos. Sin ese grano, la avicultura y la porcicultura colapsarían. El propio Dane revela déficits comerciales crecientes: sólo en julio de 2025 el saldo negativo fue de casi US$1.700 millones. La Unión Europea, además, nos provee maquinaria, tecnología y medicamentos. ¿De dónde saldrán esos insumos si Petro dinamita las relaciones con nuestros principales proveedores? ¿De China, que ni siquiera ha logrado garantizar los volúmenes de granos que demanda su propio mercado interno?
Un choque real con Washington y Bruselas significaría aranceles, trabas sanitarias y sanciones que golpearían de lleno a exportaciones vitales como café, flores y banano. Lo que Petro llama “soberanía” terminaría en inflación,........





















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