¿Dioses o guardianes?
No lo creo. Y, es imposible no pensar en los delfines. Su vida familiar, marcada por la inteligencia y la cooperación, es digna de respeto y admiración. Son seres que muestran sorprendentes niveles de empatía y autoconciencia. Sus estructuras sociales complejas, tan parecidas a las nuestras, les permiten vivir en manadas unidas, proteger a sus crías y trabajar juntos para sobrevivir.
Además, no olvidemos la larga historia que los une a nosotros. Son famosos por su comportamiento juguetón, su aparente gusto por las personas y las incontables historias de delfines que ayudan a humanos en naufragios o ataques de tiburones.
Sin embargo —y aquí me duele el alma reconocerlo—, siguen siendo cazados. El caso más notorio ocurre en las Islas Feroe, Dinamarca, donde cada año se celebra el Grindadráp o the Grind, una tradición que se remonta a casi mil años y que todavía se defiende como patrimonio........
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