Cuando el voto se convierte en mercancía…
En La Guajira se vota por razones que poco o nada tienen que ver con la capacidad de gobernar. Se vota por amistad, porque el candidato es vecino o amigo de la infancia. Se vota por inversión especulativa, esperando que en los contratos públicos haya rentabilidad para quienes lo rodean. Se vota porque promete empleo, aunque sabemos que esas promesas mueren el día después de la elección. Se vota porque literalmente les compran el voto con dinero en efectivo, siendo un acto que degrada la dignidad cívica. Y sí, también algunos votan por ideología, aunque esta razón representa apenas un porcentaje marginal en La Guajira.
Aquí está el nudo del asunto: cuando depositamos un voto que no representa la elección de la persona con mayores capacidades para resolver los problemas reales de la gente, hemos perdido el derecho a reclamar. Si elegimos por amistad, nos encontraremos gobernados por alguien cuyo único mérito es ser amigo. Si elegimos por expectativa de negocio, tendremos gobernantes que ven la administración pública como una oportunidad empresarial........





















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