Los nostálgicos del ayer
Allí, viendo a nuestro amigo Tom hacer todo tipo de maromas espectaculares sin doble de acción sólo por nuestro divertimento personal, tuve tiempo para apreciar la magnificencia decadente del cine de celulosa y de experimentar otra vez la intimidad comunitaria que se percibe en las salas de proyecciones. Sin celulares ni notificaciones, con una mano agarrando la de mi novia y la otra en el bote de las crispetas, sin distracciones y la atención completamente dedicada a apreciar el enrevesado plan con el que Tom y su pandilla pretendían derrotar a La Entidad, eché de menos todo aquello que el........
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