El semiárido larense venezolano como caja de resonancia cultural
Ha sido Edilberto Ferrer Véliz (2007) quien nos ha hablado de los xerosistemas regionales larenses y falconianos, micro regiones habitadas por sistemas sociales que, organizados particularmente desde milenios, han actuado con tenacidad y perseverancia, respondiendo a las ventajas y antagonismos que el entorno seco y deficitario de humedad ha impuesto a su búsqueda de medios de supervivencia, desarrollo económico y sociocultural y calidad de vida. (Torres, presente y futuro, Pp. 39). La hostilidad ambiental, la sequedad del ambiente, han condicionado la manera en que se han organizado las comunidades humanas mucho antes de que llegaran los cristianos a este vasto erial del occidente de Venezuela. Las condiciones climatológicas gobiernan la demografía, habitabilidad y productividad, elementos condicionados por la presencia de agua dulce. Es decir que los hidrociclos afectan a las comunidades naturales y a la población, sus actividades agropecuarias, tradiciones y cultura, valora Ferrer Véliz.
Estas agudas observaciones de Ferrer Véliz guardan una estrecha semejanza de criterios analíticos con los del antropólogo estadounidense Marvin Harris (1927-2001), creador del materialismo cultural, una manera interpretativa del marxismo como ecología cultural, tal como la que plantearon Julian Steward y Leslie White. El cambio cultural se da en función de la adaptación al medio ambiente. Toda cultura tiene tres componentes: ideológico, sociológico y tecnológico. Una cultura con más medios tecnológicos estará más evolucionada que una que no tiene. En propias palabras de Harris “…El materialismo cultural está basado en la simple premisa de que la vida social humana es una respuesta o reacción a los problemas prácticos de la existencia terrenal…” (El materialismo cultural, 1979, pp. 11) Se opone al planteamiento humanista de que no existe determinismo en los asuntos humanos, que niegan la legitimidad de las explicaciones científicas del comportamiento humano. Nuestra estrategia, agrega Harris, es contraria también a numerosas formulaciones que parten de las palabras, las ideas, los valores morales y las creencias estéticas y religiosas para comprender los acontecimientos cotidianos de la vida humana. Añade al marxismo la presión reproductora y las variables ecológicas.
Es muy conocida su argumentación económica y ecológica de la vaca como animal sagrado en la India: su valor como animal vivo es superior al animal sacrificado para la alimentación. La vaca no es sagrada de por sí, sino que su sacralidad hunde sus raíces en la utilidad: produce leche, fertilizante en su estiércol, arrastran los arados. De modo parecido dice Harris que el tabú alimentario en torno al cerdo del islam y el judaísmo se debe a que estos animales no son útiles en los climas desérticos, donde ellos no consiguen pastar ni ayudan a los humanos a trabajarla agricultura.
Harris ha trabajado los semiáridos del nordeste brasileño, región parecida como semiáridas a las del Estado Lara venezolano de nuestro interés. Las sociedades humanas se estructuran y adaptan a la escasez de agua, las estructuras familiares son extensas por motivos de cooperación, las creencias religiosas son movidas por factores climáticos de pluviosidad. La Iglesia Católica instituyó festividades religiosas propiciatorias de las lluvias: San Isidro Labrador, fiestas a la Virgen de la Chiquinquirá en octubre en el pueblo de Aregue, la Danza de Las Turas, un ritual de plegarias por las lluvias.
Pero la gran contribución de la religiosidad en estos lugares secos y carentes de humedad han sido las cofradías o hermandades, estructuras de solidaridad de base religiosa como las llama Michel Vovelle, las cuales tenían una doble cara, la terrenal mundana y la metafísica. Los hermanos estaban obligados a auxiliar a sus miembros en casos de enfermedad, asistir a huérfanos y viudas, prestaban dinero a interés, pero también la asistencia a las misas y velorios garantizaban que el hermano fallecido emergiera pronto de ese tercer lugar de la geografía del más allá, el purgatorio (Jacques Le Goff). Las limitaciones ecológicas hicieron al semiárido occidental venezolano campo fértil para que se instituyera una tupida red muy ramificada de estas cofradías religiosas, antecedentes coloniales del actual seguro social, tal como hemos sostenido en nuestra investigación del año 2003 Iglesia Católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora, siglos XVI al XIX.
El antropólogo estadounidense hace énfasis en la tecnología (infraestructuras) de la cual se basan las sociedades humanas para su subsistencia en medios adversos. Para ello hemos centrado la atención en el........
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