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¡Yo solo quiero que la justicia sea justa!

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30.10.2025

«No son todos los que están, ni están todos los que son.»

Proverbio Anónimo

La expresión «Más papistas que el Papa» condensa la esencia de la soberbia individual que afecta al sistema. Esta frase alude a un celo enfermizo y excesivo con una rigidez superior y morbosa a la de la propia autoridad máxima. En el contexto de la justicia, se refiere a aquellos funcionarios judiciales y fiscales que, a título individual, se creen dueños absolutos de la majestad institucional.

Harto sabido es que para ser Fiscal o Juez se requiere ser Abogado. Por lo tanto, su conducta es una ofensa a la formación ética y jurídica que recibieron en su Alma Máter. Es como si hubieran cometido un fraude académico, graduándose con una audición selectiva de los principios, solo para perpetrar un fraude procesal en el ejercicio de su cargo. La negligencia inexcusable al permitir que los Fiscales acusen y los Jueces condenen sin el debido estudio ético del expediente no solo vulnera el debido proceso, sino que constituye un descrédito y deshonor a la profesión de abogado y a los principios más sagrados de la casa de estudios que los formó. Actúan con una prepotencia, rigidez e inflexibilidad que superan la nobleza y objetividad de la Ley. Tienen unas agallas tan grandes que se creen más allá de la institución y un pecho inflado de paloma, que los convierte en un fin en sí mismos, olvidando que su función es servir a la Justicia, no adueñarse de ella.

Citamos este sabio adagio por cuanto es de obligatorio reconocimiento y justicia destacar a la gran cantidad de jueces y fiscales probos que ejercen su función con honor, ética y pleno respeto por la dignidad de su cargo. Estos profesionales tienen perfectamente clara su ubicación en el tiempo y en la historia de su vida laboral, manteniéndose centrados y objetivos. La crítica aquí vertida, por lo tanto, se dirige exclusivamente a aquellos funcionarios que desentonan y se encuentran desenfocados del noble ideal de justicia, cayendo en la prepotencia y la negligencia que atentan contra el derecho a la defensa.

La presente crítica al exceso de celo, la pomposidad y la negligencia no puede aislarse de la cruda realidad que vive el sistema judicial. La actitud de sentirse poderosos e intocables por el cargo es la base que permite la proliferación de conductas de corrupción y cohecho. Las operaciones recientes contra funcionarios judiciales han puesto de relieve esta crisis: solo en los últimos meses de 2024 e inicios de 2025, se han reportado múltiples detenciones e imputaciones de jueces, fiscales y secretarios a nivel nacional, incluyendo el estado Zulia, por delitos que van desde la corrupción explícita (como la solicitud de dinero a cambio de favores procesales) hasta faltas disciplinarias graves. Esta ola de purgas y........

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