Nueva York está trastornada
Siempre he sentido a Nueva York como mi segunda ciudad. Caminar por sus calles y nutrirse de las múltiples culturas que allí habitan y visitan es la oportunidad para cualquiera de sentirse un ciudadano del mundo.
Algunos se quejan de los olores del metro, de la indigencia, de las ratas que a veces se atraviesan por la calle. Pero nada de eso logra opacar las luces de la gran manzana. Una ciudad donde confluyen diferentes corrientes de arte y pensamiento, activismo cultural y político. Un real laboratorio social que permite interpretar con anticipación, la mayoría de las tendencias que luego se expandirán por el mundo. Todo lo malo y lo bueno. Por........
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