La persistente invisibilización de las vÃctimas
Recorrer las noticias de la mañana no deja de ser escalofriante. No sólo por la cantidad de notas dedicadas a todo tipo de violencias o por lo diverso de los escenarios de guerra, sino porque la densidad existencial de las vÃctimas, su sufrimiento, su desesperación, sus gritos ahogados de dolor, suelen ser eclipsados o al menos normalizados.
En efecto, las vÃctimas se vuelven fotos, recursos retóricos para discursos polÃticos, y en ocasiones, estadÃsticas en el recuento oficial de los violentados. Pero, ¿dónde queda ese misterioso momento en que el poder del victimario avasalla, aplasta y deja inerme al otro que no logra responder a la agresión?, ¿dónde queda la carne mancillada, la inocencia perdida, el llanto avergonzado?, ¿qué sucede con el peso de lo sucedido, con ese âdatoâ del pasado, que ya no se puede cambiar, y que habita en las profundidades de la mente........
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