El nuevo rostro del federalismo: cooperación desde el territorio
México ha sido, históricamente, un país de contrastes. Desde su geografía hasta sus culturas, su desarrollo económico hasta sus estructuras sociales, las diferencias entre entidades federativas son profundas y persistentes. Sin embargo, esta diversidad, lejos de ser una barrera, puede convertirse en una enorme fuente de fortaleza si se articula bajo un nuevo paradigma: la cooperación territorial entre estados.
Durante décadas, el federalismo mexicano se interpretó como una división administrativa donde las entidades obedecían, más que dialogaban, con el poder central. Hoy, esa visión resulta no solo limitada, sino ineficaz frente a los desafíos contemporáneos a nivel nacional e internacional. El cambio climático, la reconfiguración geopolítica, las nuevas tecnologías, la transición energética o la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo productivo no distinguen fronteras estatales. Al contrario, requieren respuestas compartidas, horizontales, que surjan desde abajo y se complementen en el centro y desde las periferias, ya no consideradas como territorios menores, sino piezas clave para dar respuesta de desarrollo a estos nuevos fenómenos.
Por esa razón, es necesaria una nueva lectura del federalismo en la que se pone en el centro la idea de coordinación social entre estados, mas no de subordinación. Esto significa reconocer que existen realidades........
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