El costo de las palabras
Los disturbios en Los Ángeles han vuelto a poner el acento en la ruptura que existe en el corazón de Morena, entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el expresidente Andrés Manuel López Obrador. También reflejan las contradicciones al interior del movimiento y los caminos opuestos por los que avanzan las dos vertientes del obradorismo, la que gobierna y los que siguen soñando con la insurrección ininterrumpida. A López Obrador le funcionó durante el primer mandato del presidente Donald Trump, pero ni él ni los suyos entienden que el sujeto con el que hay que lidiar en el segundo, no tiene nada que ver con aquél.
Las revueltas callejeras de los últimos días en Los Ángeles tienen el componente político suficiente para entender que lo que comenzó con redadas el viernes como parte de una serie de detenciones masivas en el sur de California, rebasa el ámbito migratorio. Es parte de la guerra política y cultural de Trump en contra de los liberales, escogiendo a California, el más progresista de todos los estados, el más rico y que ha sido santuario de inmigrantes por décadas, para embestir a los demócratas en su principal bastión desde hace 33 años.
En esta nueva confrontación, primera estación para las elecciones legislativas del próximo año y para la elección presidencial en 2028, no hay que equivocarse. La presidenta Sheinbaum parece haberlo entendido al haber modificado significativamente su discurso retador e intervencionista de hace dos semanas, amenazando con movilizaciones por los gravámenes a las remesas que piensan aprobar en el Capitolio, por uno inteligente........
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