Apretones por todos lados
La relación con Estados Unidos atraviesa por un momento sumamente delicado. Hay un proceso en marcha para desestabilizar y encajonar a la presidenta Claudia Sheinbaum, que se puede ver a través de una línea de tiempo. La finalidad no puede ser otra que someterla y que acepte todas las exigencias de Washington, donde deben percibir, como aquí, que sus espacios de maniobra son muy reducidos. Sólo en lo que va de esta semana, la presidenta ha recibido tres mensajes de la administración Trump:
1.- El nivel de interlocución de la presidenta de México con el gobierno de Estados Unidos es el de subsecretario de Estado. Pocos presidentes mexicanos han tenido interlocución permanente con el jefe de la Casa Blanca, pero en buena parte de los últimos 45 años la han tenido al menos con el despacho al lado de la Oficina Oval, el del director del Consejo de Seguridad Nacional. Al expresidente Andrés Manuel López Obrador le fueron degradando el nivel de interlocución, pero nunca lo sacaron de la Casa Blanca. Con Sheinbaum ni siquiera hubo el interés de abrirle un canal directo con el 1600 de la Avenida Pennsylvania.
El presidente Donald Trump, que se mueve entre el día y la noche cuando habla de Sheinbaum en público y en privado, trasladó la relación bilateral al Departamento de Estado, donde el canciller Marco Rubio no parece interesado en tener un canal abierto con la presidenta. Haber enviado al subsecretario de Estado, Christopher Landau, para hablar con ella como parte de un viaje por El Salvador y Guatemala, revela que........
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