La muerte de la política
La campaña presidencial estadounidense de 1960 marcó un hito histórico. No sólo sepultó las viejas formas de hacer política –esas conversaciones al calor de la chimenea que se popularizaron en tiempos del New Deal y durante la campaña de la Gran Depresión con Franklin Delano Roosevelt–, sino que liquidó la centralidad de los programas y promesas políticas. Desde entonces, comenzó el dominio de la imagen y, sobre todo, la dictadura de las encuestas.
Hasta esa contienda entre Richard Nixon y John F. Kennedy, la política se construía en torno a un programa que se proponía y luego cada líder político tenía la libertad de decidir si lo cumplía o no. Pero con la serenidad y juventud de Kennedy, que lo llevaron a triunfar aquel 8 de noviembre de 1960 –ante el emblemático sudor y rigidez de Nixon, que mostró en uno de los debates pero que fue símbolo de su campaña–, se inició una nueva era.
Desde ese momento, la imagen pasó a valer más que cualquier compromiso, y el valor de la promesa política fue sustituido por la obsesión de medir la popularidad de los dirigentes.
A partir de ese momento, la vida política en el mundo quedó inundada por la lógica de las encuestas. Durante décadas, nos hemos vuelto esclavos de ellas,........
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