De nunca acabar
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Dos interpretaciones erradas generó la tardanza de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en expedir las primeras sentencias contra la plana mayor de las FARC y doce exmilitares del batallón “La Popa” por “falsos positivos”:
• La primera, que muchos quisieran regresar al horror pues parecen no recordar lo que fueron esos años de terror en los que los insurgentes secuestraban, extorsionaban y mataban a la población civil.
• La segunda, que la justicia transicional había costado un infierno y no había servido para nada.
Si estas primeras sentencias de la JEP hubieren sido dictadas en el primer año luego de haberse firmado el Acuerdo de Paz en el teatro Colón, como lo esperábamos, las gentes muy seguramente habrían recibido esas decisiones como reparadoras y no como hoy las están interpretando.
Allí siempre estuvo al acecho esa legión de enemigos agazapados de la paz —como lo denunciara con más timidez que resolución el exministro Otto Morales Benítez— comandada por Álvaro Uribe Vélez y otras yerbas del pantano que siempre detestaron........
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