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Se dice mucho sobre Epstein, pero hay una omisión flagrante

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30.11.2025

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Si has estado leyendo los correos electrónicos de Jeffrey Epstein o siguiendo las discusiones sobre ellos, hay nombres que probablemente estés viendo: Michael Wolff, Peter Thiel, Larry Summers, Noam Chomsky, el plebeyo antes conocido como príncipe Andrés, Peggy Siegal, Kathryn Ruemmler, Deepak Chopra. Políticos y celebridades, líderes empresariales y académicos, amigos y rivales: un elenco en negritas de famosos e infames que intercambiaron correos con el delincuente sexual convicto, asistieron a sus cenas o buscaron su consejo.

Hay otros nombres que quizá no veas en absoluto: Courtney Wild, Rachel Benavidez, Michelle Licata, Maria Farmer, Annie Farmer, Liz Stein, Jess Michaels, Marina Lacerda, Danielle Bensky, Anouska De Georgiou, Shawna Rivera. Éstas son algunas de las víctimas de Jeffrey Epstein, decenas de las cuales han denunciado y acusado a Epstein de haber abusado sexualmente de ellas.

Los nombres de las mujeres se han suprimido de las 20.000 páginas de documentos que el Congreso publicó la semana pasada. Pero a menudo no hacía falta editar nada, porque no había ningún nombre que encubrir. En el mundo de Epstein, y en su correspondencia chismosa, elíptica y frecuentemente mal escrita, las mujeres eran descritas por categorías: “hawaian tropic girl” (“chica hawaiana tropical”), “mi novia de 20 años en el 93, que después de dos años le pasé a donald”, “chicas en bikini” o, simplemente, “las chicas”, como en: Trump “sabía lo de las chicas”. En sus memorias, Virginia Roberts Giuffre, la más conocida de las sobrevivientes de Epstein, escribió que a éste “le gustaba decir a sus amigos que las mujeres no eran más que ‘un sistema de soporte........

© El Espectador