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“Hoy no hay por quien luchar. Solamente contra quién”: Nicolás Gómez Dávila

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monday

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Para Nicolás Gómez Dávila, la humanidad tenía tres enemigos declarados, pero no lo sabía o no quiso saberlo, inmersa como estaba en las infinitas promesas de felicidad que se multiplicaban a su alrededor en palabras como “éxito”, “premio”, “meta”, “poder” y “realización”. No era consciente de su presencia, no lo fue, y por lo tanto, jamás comprendió la magnitud de su daño. Se dejó tocar por ellos, el demonio, el Estado y la técnica. Se dejó seducir, engañar, y al final cavó su propia tumba. El demonio, que era la perversión de la trascendencia, como lo reseñó Franco Volpi en su prólogo de “Escolios a un texto implícito”. El estado, que entre más crecía, más disminuía al individuo, y la técnica, una permanente tentación de lo posible, una eterna........

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