Kursk: rendición de Kiev o guerra nuclear
Una fuerza combinada del Ejército ucraniano y de mercenarios extranjeros entraron el 6 de agosto de 2024 en la región rusa de Kursk, que linda con el norte de Ucrania.
El grupo estaba compuesto por unos 15.000 combatientes, contaba con decenas de vehículos blindados y carros de combate donados por Occidente y fue entrenado por el Reino Unido (RU), con el apoyo de Estados Unidos (EE. UU.) y de países de la Unión Europea (UE).
Su cuartel general avanzado está situado cerca de la frontera de Rusia y las órdenes que transmite se dan en inglés y en español.
Ninguno de los objetivos que estaban detrás de esta decisión de Zelensky ha sido alcanzado.
El cálculo militar de los dirigentes ucranianos incluía dos misiones.
Kiev quería retrasar el avance ruso en el frente del Dombás al intentar forzar a las Fuerzas Armadas rusas para que retiraran unidades del este de Ucrania y las redirigieran hacia Kursk.
El segundo propósito era crear una zona de seguridad dentro de Rusia para alejar el máximo posible la potencia de fuego artillera, de misiles y de la Fuerza Aérea rusas de esa frontera compartida y evitar posibles entradas futuras del Ejército ruso en Ucrania.
La maquinación política de la operación era aún más fantasiosa.
Kiev necesitaba cambiar la narrativa en los medios occidentales sobre su derrota en el Dombás y demostrar que aún tiene capacidades para desplegar ofensivas contra........
© El Economista
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