La película de 1.991 que arrasó en con los premios Oscar y es reconocida como una de las mejores de todos los tiempos cuenta la historia de la cacería de un asesino en serie que quita la piel a sus víctimas. Para encontrarlo Clarice (interpretada por Jodie Foster) consigue la ayuda de Hannibal (Anthony Hopkins), un sicópata también asesino en serie. Por encima de su éxito como expresión de arte el “silencio de los inocentes” trae una lección de vida que no deberíamos olvidar nunca; los perversos no tienen cura y es inútil tratar con ellos bajo la lógica corriente. Una advertencia para quienes están en el cuento de la paz total con quienes se han burlado una y otra vez de las propuestas de reconciliación pues frente a ellos la lógica es inútil. Y para los que esperan........

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