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“¡Quiero dulces para mí!”

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27.10.2025

Diego Augusto Arcila Vélez

Nada más retador para autoridades locales y departamentales -gobernador, alcaldes y Policía- que la noche del 31 de octubre de cada año. Lo que comenzó siendo una “fiesta” inocente de niños pidiendo dulces, hoy se ha convertido en toda una pesadilla tomada en asalto por los adultos, que promueven fiestas desenfrenadas, desfiles de motos que siembran el terror y el físico pánico en calles y el centro de la ciudad. Las medidas han fracasado.

¿Qué es el 31 de octubre? Es el día anterior a la fiesta de todos los Santos y las Vísperas de la conmemoración de todos los Fieles Difuntos -fiestas del calendario católico-. La cultura pagana y atea ha adaptado el día de Halloween o “fiesta de las máscaras de los muertos”, en ella realizan un “estrepitoso” culto a la muerte, no como paso a la vida de Dios, sino por el contrario, como la antítesis de una realidad que irrumpe como enemiga y causa caos, dolor y una invocación a las fuerzas del mal y del demonio. Asistimos desde que el hombre se conoce, y hoy, a un interés por descubrir cosas extrañas y misteriosas, que tocan los límites de lo sobrehumano, y que sin darnos cuenta nos sumergen, unas veces por curiosidad, otras por maldad, en laberintos de terror y zozobra. Es evidente que existen la magia negra, la hechicería y las sectas........

© El Diario