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En Colombia se acercan las elecciones y, como suele suceder, el tarjetón parece más un catálogo que una lista. Decenas de aspirantes compiten por la atención de los votantes. A primera vista, esta abundancia podría interpretarse como un signo de vitalidad democrática: múltiples opciones, pluralidad de voces y diversidad de visiones. Sin embargo, la psicología del comportamiento advierte lo contrario: cuando la oferta es excesiva, la decisión se vuelve más difícil, menos racional y, en ocasiones, hasta paralizante.

Barry Schwartz lo llamó la paradoja de la elección: más alternativas no garantizan mejores decisiones, sino más ansiedad y menor satisfacción. En el terreno electoral, un tarjetón saturado puede provocar confusión, fatiga e incluso abstención. Pues el votante, en lugar de sentirse empoderado, termina abrumado.

Las consecuencias son profundas. Primero, la calidad del voto puede deteriorarse: en vez de analizar propuestas, muchos recurren a atajos, como elegir al más conocido, al más visible en redes........

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