La comedia de nuestro despelote urbanístico
Como en la comedia de lo absurdo, los hechos fácticos irracionales y carentes de lógica pasan ante nuestras desentendidas miradas las imágenes de los Planes de Ordenamiento Territoriales (POT) de Pereira y Dosquebradas, que dejan muy mal parados a los Concejos Municipales de ambas ciudades como responsables de los usos del suelo en el territorio.
Con sus 83 años a cuestas, al arquitecto pereirano Francisco Londoño Marulanda le sobran energías para pedir que “paren ese despelote de los planes parciales”. Y recuerda al ingeniero Juan Manuel Buitrago quien sentenció que, “Pereira no va para ninguna parte porque va para donde digan los especuladores de tierra”. De paso, reclama un POT responsable con el desarrollo urbano, ambiental, económico y social.
De allí el impacto del reciente pronunciamiento del gerente de Camacol Risaralda, Víctor Baza Tafur, experto en Derecho Urbano, al señalar que los POT de Pereira y Dosquebradas deben ser objeto de revisión y ajuste porque en el caso de Pereira, tiene normativa restrictiva y desarticulada con reglas excesivas, poco claras y desconectadas del plan estratégico. Además, acusa la existencia de múltiples comités y trámites paquidérmicos que generan sobrecostos y fomentan la informalidad.
Esta columna no alcanza para subrayar los alcances de la inseguridad jurídica en trámites de........
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