¿Deseamos estar peor?
Por Julián Cárdenas Correa
En las últimas semanas han ido saliendo datos económicos que nos hacen rascar la cabeza en señal de “no entiendo cómo está pasando esto…” Pareciera que, por inverosímil que luzca, inconscientemente, estuviésemos deseando que la economía, al igual que la popularidad del presidente, la inseguridad y el sistema de salud, estuviera en caída libre.
Sería un extraño síntoma este, una especie de schadenfreude, esa alegría por el mal ajeno, con la diferencia de que en este caso el mal ajeno nos golpearía, pero encontraríamos un culpable a quién asignarle la responsabilidad.
Conscientemente nos cuesta aceptar y reconocer que el despelote del gobierno Petro, sus delirantes discursos, sus “Sarabias”, “Saades” y “Benedettis”, no se esté traduciendo en decrecimiento económico, en desempleo, en inflación, en desconfianza del consumidor.
El crecimiento económico proyectado en torno al 2,6%, será el de segundo mayor crecimiento entre los países de la OCDE. El consumo privado, el de los hogares, está disparado, creciendo a ritmo del 3,8% y la inflación pinta a que se acercará al rango meta del Banco de la República, con lo que seguramente bajarán las tasas y aumentará más el consumo.
Si bien el Déficit fiscal seguirá peligrosamente elevado, estos datos van mostrando una realidad que ya hemos planteado en este espacio: Colombia, o por lo menos su economía, aprendió a vivir, a subsistir, incluso a sobresalir, sin presidente.
Los petristas, ignorantes ellos en sus afirmaciones, afirman que todo es resultado de la gestión del presidente. No se necesita ser oposición para saber que en este gobierno nada ha apoyado a la economía, a los empresarios, ni a los consumidores. Todos........
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