Cultura y Desarrollo
Por: Jaime Cortés Díaz
Así como en lo agrícola cultivar tiende a generar significados para la alimentación y otros menesteres, cultivar el conocimiento humano busca estimular la acción y el pensamiento. De allí surge lo que se denomina cultura, entendida como el conjunto que estructura la vida colectiva de los diversos grupos sociales mediante variables materiales e inmateriales que producen normas, tradiciones, comportamientos asimilados, técnicas y demás características aceptadas por cada pueblo o sector coherente, resaltando particularidades encarnadas en sus integrantes.
Según Bronislaw Malinowski, cada cultura “es un aparato instrumental” que posibilita a los miembros de una colectividad resolver problemas concretos e implícitos en razón de satisfacer necesidades específicas. En la misma línea, H. Marcuse, desde su posición progresista y en el marco de la Escuela de Frankfurt, sostiene que la cultura debe entenderse como “un proceso de humanización que se caracteriza por el esfuerzo colectivo para proteger la vida humana, mitigar el mal causado por la existencia, encuadrándola dentro de unos límites soportables, estabilizar la organización productiva de la sociedad, desarrollar las facultades intelectuales del hombre y reducir o purificar las agresiones, la violencia y la miseria”.
La cultura, como forma de vida que rige interrelaciones, responsabilidades y conciencia de los seres humanos, está sujeta a transformaciones y evoluciones. Puede influir positiva o negativamente en el desarrollo económico y social, de acuerdo con el enfoque ideológico que se imponga. De ahí la importancia del espíritu creador, la solidaridad, la integración, la formación ciudadana y la participación honesta, valores que fortalecen el tejido comunitario y el respeto por lo público. En este sentido, la cultura se convierte en herramienta de convivencia, diplomacia, atracción de inversión y turismo; es clave para la construcción de la marca país y, al mismo tiempo, para el fortalecimiento de las capacidades intelectuales, la educación de calidad, la dignidad y el orgullo patrio.
Esto coincide con la apreciación de Tania García Lorenzo, colaboradora de la UNESCO para América Latina y el Caribe, quien........
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