La insensatez humana. Un estudio profiláctico
Gonzalo Hugo Vallejo Arcila
La inteligencia es la capacidad que tiene un sujeto para orientar su comportamiento utilizando la “información comunicacional” disponible, aprendida, filtrada, producida y gestionada. La sabiduría sería un cúmulo articulado de poderosas energías creadoras puestas al servicio de nuestra vida cotidiana. La insensatez es ese estado en el cual tomamos decisiones contrarias a la información que hemos procesado. Al hacer uso de certezas que riñen con la realidad consuetudinaria que nos interpela, éstas nos llevan a asumir actitudes equívocas, errátiles contrastantes con nuestra manera de ser, pensar, sentir y actuar. Campea entre filósofos una tesis: la inteligencia puede ser la salvación, pero la insensatez es la amenaza. Al repasar la historia de la humanidad observamos que este flagelo al igual que el apego, el miedo y la ira, son los nuevos jinetes del apocalipsis.
Nuestra historia milenaria viene siendo ese kárdex mórbido que registra los cruentos y criminales fracasos de la inteligencia. Perdimos la capacidad de juzgar, proponer y decidir. Estamos inmersos e infectos en la epidemia de la insensatez; inermes ante la enajenación, el utilitarismo, la anomia moral y el descontrol emocional; expuestos al peligro invisible de los virus socio–culturales, ideogramas prejuiciosos que infectan e intoxican nuestra existencia; gérmenes que “distorsionan nuestra memoria, sesgan nuestro juicio y nos vuelven vulnerables a la manipulación política, económica e ideológica”. ¿Por qué, si somos seres sociales y racio–emocionales, seguimos violando pactos vitales y esenciales para nuestro diario vivir? El psicólogo español José Antonio Marina llama a todo esto por su nombre: insensatez e intenta........
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